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Cuando se habla de una embolia, nos estamos refiriendo a un trastorno circulatorio en el cerebro, que impide que las células del área afectada reciban el oxígeno suficiente, provocando muerte celular.

Esto puede tener efectos de larga duración, como parálisis y problemas del habla.

Cada año, aproximadamente 800.000 personas en EE. UU. sufren una embolia. Un 80% de los afectados tiene más de 65 años.

Pero también puede ocurrirle a personas jóvenes. Las mujeres sufren embolias con mayor frecuencia que los hombres y, a menudo, las consecuencias son muy graves.

Por esta razón, la detección temprana es especialmente importante.

Síntomas de una embolia:

Existen varios indicios que alertan sobre una posible embolia. Lo que mucha gente no sabe es que los síntomas pueden ser diferentes para hombres y mujeres. Por otro lado, hay señales clásicas de una embolia que son las mismas para ambos sexos: mareo, visión borrosa, problemas de lenguaje y de memoria, adormecimiento y parálisis en un lado del cuerpo.

Además, existen síntomas específicos que se presentan con mayor frecuencia en mujeres, pero que no siempre se reconocen como señales de una embolia.

Estos son:

  • Hipo.

  • Desmayos o debilidad.

  • Dolor.

  • Dificultad para respirar.

  • Alucinaciones.

  • Náuseas.

  • Ataques epilépticos.

  • Cambios de personalidad.

Desde luego, los factores más comunes de riesgo para la embolia, por ejemplo la obesidad y el tabaquismo, se aplican tanto a hombres como a mujeres.

Las mujeres que toman anticonceptivos a base de hormonas, que están en el último trimestre del embarazo o que acaban de dar a luz tienen un riesgo mayor de padecer una embolia.

Si experimentas síntomas de embolia o los percibes en otra persona, debes llamar de inmediato a los servicios de emergencias o ir al hospital.

Ahora Te damo las herramientas para que el cuerpo pueda prevenir

1. Las zanahorias

Según un estudio realizado en 2008 en la Universidad de Harvard (Estados Unidos) comer unas cinco zanahorias a la semana podría reducir el riesgo de ictus en un 50 %. Aunque hemos de ser prudentes con este dato, no descartamos sus beneficios naturales, dado que es una verdura muy rica en antioxidantes, que evitan que se nos formen coágulos en las arterias y que favorecen la circulación sanguínea. Vale la pena disfrutar de ellas siempre que puedas.

2. Coles de Bruselas

Las coles de Bruselas son ricas en potasio y en folatos, elementos fundamentales para evitar el colesterol, la acumulación de grasa en nuestras arterias y para eliminar toxinas a través de la orina.

3. El aguacate

Basta con consumir medio aguacate al día. Es rico en esos ácidos grasos tan beneficiosos para nuestro cerebro como es el omega 3, el cual previene la oxidación celular y su envejecimiento prematuro. Recuerda… ¡Medio aguacate al día!

4. Los tomates

El tomate es un cóctel natural de antioxidantes como el licopeno, el cual se sabe que es muy adecuado para prevenir los ictus gracias a su capacidad para reducir la tensión arterial y favorecer la circulación sanguínea. Todo se debe a una sustancia llamada homocisteína, que se relaciona con una mayor probabilidad de sufrir un infarto cerebral.

5. Sardinas en aceite de oliva

Ideales si las consumes entre una y dos veces por semana. ¿La razón? Son un tesoro natural de grasas saludables, de calcio y vitamina D. Son protectoras naturales de nuestro cerebro, aunque hay un dato que debes conocer: si las abres y no te las terminas, no las guardes nunca en su lata original. Reservarlas en un bol de cristal o cualquier otro soporte que no sea de metal.

6. Melones y sandías

Ambas frutas son ricas en agua, en minerales, antioxidantes y son, además, muy bajas en sodio, perfectas para reducir nuestro colesterol y evitar así el problema de la arteriosclerosis. No dudes en consumir un buen tazón de sandía o melón cada día.

7. Té verde

Nunca debes renunciar a esa taza diaria de té verde. Es un recurso natural rico en antioxidantes, en polifenoles, en compuestos esenciales para reducir el colesterol y luchar contra el envejecimiento cognitivo. Para beneficiarte más del té verde y sus propiedades, recuerda consumirlo 20 minutos después de tus comidas.

8. Avena

Tomada en el desayuno, la avena nos va ayudar a reducir el nivel de azúcar en sangre y a mantener a raya los niveles de colesterol malo o LDL. Tampoco podemos olvidar que es muy adecuada para reducir el estrés y que nos aporta increíbles nutrientes para nuestra salud cerebral, como es el zinc o el hierro.

¿Qué tal si empezamos el día con un buen tazón de avena?

Si necesitas ayuda nutricional específica puedes contactarte con nosotros llamando al teléfono en USA

704-302-1246

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